Profesor: Raúl Domínguez Márquez.


XLSEMANAL Número: 1117Del 22 al 28 de marzo
Costaron más de seis millones de euros. Contienen un medicamento, el oseltamivir, nuestra única esperanza de sobrevivir a la gran pandemia del siglo XXI: la gripe aviar. Cuando se cumplen cinco años de la mayor alarma sanitaria del mundo, entramos en el Centro Militar de Farmacia, encargado de almacenar los antivirales, en busca de respuestas. ¿Qué hay detrás de estas psicosis sanitarias?
Hace cinco años conocimos el nombre del quinto jinete del Apocalipsis. Se llama H5N1. Es el virus de la gripe aviar, capaz de contagiar al hombre. Una mutación que le permitiese el contagio directo entre personas, sin intermediación de las aves, podría desencadenar un holocausto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo sus cálculos: 150 millones de muertos. Más que todas las pestes de la Edad Media, la viruela y la gripe española juntas. Se pusieron granjas en cuarentena, se sacrificaron millones de aves. El 112 se inundaba de llamadas si aparecía una gaviota muerta en una playa o una paloma en una acera. Los gobiernos hicieron acopio de antivirales. España adquirió diez millones de dosis de oseltamivir, suficiente para abastecer en el plazo de un mes al 20 por ciento de la población. ¿Qué fue del H5N1? ¿Continúa siendo una amenaza? ¿Por qué ya no se habla de él? ¿Alguien se benefició de aquel río revuelto entre alarma sanitaria e histeria colectiva?
Por primera vez, una publicación ha entrado en el Centro Militar de Farmacia (Madrid). Allí se almacenan unos 20 bidones azules, cada uno de ellos con varias bolsas de siete kilos de oseltamivir en polvo, suficientes para fabricar cientos de miles de dosis. Fueron adquiridos en 2005 y 2006, cuando parecía inminente que el virus iba a causar una escabechina. Han costado un mínimo de seis millones y medio de euros (según datos del BOE). Y se han invertido 1.185.000 euros adicionales en los aparatos para convertir el polvo en comprimidos. En total, se llevan gastados 1.200 millones de las antiguas pesetas para atajar una enfermedad que, de momento, no se ha cobrado una sola vida en España, por lo menos de humanos, mención aparte del somormujo encontrado en una charca alavesa. ¿Es dinero malgastado o curarse en salud?
Los expertos no se ponen de acuerdo. Primero, porque el oseltamivir, como cualquier fármaco, caduca. En el caso de los comprimidos, a los cinco años; aunque en polvo puede durar mucho más del doble. Además, no es una vacuna, aunque sí reduce los síntomas y disminuye la mortalidad cuando se contrae la enfermedad. Pero lo peor no es eso. Según un estudio publicado por la revista Nature, la estructura del H5N1 está cambiando. La cepa se está buscando las mañas para hacerse resistente al oseltamivir. Otra cepa, la del H1N1, de la que se dan muy pocos casos en nuestro país, ya se ha blindado contra el medicamento, como recoge la revista The Journal of the American Medical Association.
El carro de curas es un elemento de gran utilidad en el trabajo diario del personal de enfermería. Con él vamos a transportar a la habitación del paciente el material necesario para realizar cualquier cura, y desde él vamos a poder disponer de los elementos para realizarla. Cuando no se información interesante acerca de los usa, el carro de curas se guarda en el control de enfermería.
Es un dispositivo rodable y ligero, que suele tener dos o tres bandejas situadas en paralelo, en las cuales, y en distintos compartimentos, se mantiene colocado el material para las curas. También lleva en un lateral un soporte para la bolsa de residuos.
Es competencia del auxiliar de enfermería revisar, reponer y limpiar el carro de curas. Este material debe ser de uso seguro y no irritante. El carro de cura debe comprende:
– Sonda acanalada.
– Tijeras de vendaje.
– Pinzas de Pean.
– Pinzas de Kocher.
- Estilete abotonado.